
México vive una realidad que ha sido considerada una vía al Estado Fallido, pero qué conceptualiza este término. De acuerdo a la Definición se entiende como Estado Fallido a un Estado débil en el cual el gobierno central tiene poco control práctico sobre su territorio. En términos de este análisis entenderemos entonces que México puede estar viviendo un Estado Fallido en conceptos de Seguridad y también de su Economía.
Para el primer caso basta observar el día a día de las acciones cometidas por el crimen organizado, no solo en su exceso de violencia, sino en su control y distribución de los territorios de operación, es decir, que el territorio mexicano ha sido dividido por un grupo de personas ajenas a actividades lícitas, que mantienen a la sociedad en un sitio constante de temor y de incertidumbre sobre su propio destino cotidiano. Bajo estos fundamentos podríamos decir que la seguridad interna ha sido violada y nos ha llevado a una contra respuesta que provoca por un lado el descontento social y por otro una actividad extraordinaria (entiéndase fuera de un significante mirífico) de las fuerzas armadas. Esta contra respuesta ha tenido varios términos, tenemos, entonces, que se ha combatido a los principales operadores de las organizaciones criminales, provocando una lucha al interior de las misma por obtener el poder, provocando una oleada más grande de violencia, que en términos de los indicadores internacionales se ha rebasado el nivel de inseguridad, dejando expuesto al grueso de la población a actos criminales y una clase de guerra de guerrillas entre los grupos del crimen organizado. Por otro lado tenemos a los que de alguna forma se han aprovechado de la situación para extorsionar a una ciudadanía ya temerosa, es decir, existen personas que ajenas a grupos bien formados y estructurados hacen actos con el nombre de los mismos, esto para tener éxito en sus actividades. Concluyo que la sociedad no está siendo un actor participante en la solución de este tema, no denuncia, no señala, no actúa, pero no es reprochable su actitud cuando el Estado, en su parte Gubernamental, no ha convidado su anhelo de resolución a la sociedad misma, aunque tampoco ha combatido a las bases de la estructura criminal y menos al consumo de drogas. Ergo, pareciera que en tema de seguridad estamos en camino de un Estado Fallido al no saber combatir a la delincuencia que cada día toma por asalto a un pueblo falto de confianza en sus autoridades.
Para abonar a la incertidumbre de futuros ideales, una política económica que está disminuyendo el poder adquisitivo de los particulares. Tenemos un regular aumento en los precios de la gasolina y diesel que define los precios de la canasta básica y del transporte público, que a la vez pretenden su aumento por motivos lógicos que está de más mencionar, generando un descontento social, apaciguado por temores explicados en el párrafo anterior, que ha creado un sentimiento excesivo de defensa a la propiedad, que no es criticable, pero que genera que un ciudadano que esté en situación de robo ahora prefiera arriesgar su vida antes de perder lo poco que ha ganado licita y responsablemente. Esta situación económica coloca al ciudadano que ha perdido su fuente de empleo en un actor vulnerable a ser persuadido por miembros del crimen organizado para ser parte del mismo.
Como conclusión, México no es un Estado Fallido, pero existen ciertas decisiones que hacen permear un análisis que conlleva al tema mencionado, se comenta que la sociedad tiene el gobierno que merece, yo pregunto ¿Realmente tenemos el gobierno que merecemos?, o simplemente fue causa de una mercadotecnia electoral que influyó en el voto.



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